Aserradero de Os Carranos visita y actividad durante el Laboratorio da Paisaxe 2024
Aserradero de Os Carranos visita y actividad durante el Laboratorio da Paisaxe 2024

La importancia de preservar la arquitectura rural

La arquitectura rural no es solo una forma de construcción, sino también un testimonio vivo de nuestra historia, cultura y conexión con el entorno natural. En pleno siglo XXI, donde la urbanización y la globalización están moldeando los paisajes, preservar la arquitectura rural se convierte en un acto de resistencia cultural, sostenibilidad y responsabilidad hacia el futuro.

1. Conservación de las tradiciones y la identidad local.

La arquitectura rural refleja las tradiciones y la identidad de las comunidades locales. Cada casa, hórreo o molino cuenta historias de técnicas de construcción transmitidas de generación en generación y adaptadas al clima, los materiales y las necesidades locales.

  • Valor histórico: Muchos edificios rurales representan la forma de vida de épocas pasadas y ofrecen una ventana al pasado.
  • Riqueza cultural: Mantener estas construcciones vivas es proteger la memoria colectiva de las comunidades rurales.

En el caso de la arquitectura rural gallega, destacan elementos icónicos como los hórreos, estructuras elevadas diseñadas para almacenar y proteger los alimentos de la humedad y los roedores. Estas construcciones, muchas veces hechas de piedra y madera, no solo son funcionales, sino que también son símbolos de la identidad gallega. Las casas tradicionales gallegas, con sus gruesos muros de granito y tejados de pizarra o teja, demuestran como el uso de los materiales que tenían más a mano genera una arquitectura mucho más integrada en su entorno y que lo respeta.

2. Sostenibilidad

La arquitectura rural utiliza materiales locales como piedra, barro, paja y madera, minimizando la huella de carbono asociada con el transporte y la fabricación. Contribuyendo además a la adaptación al entorno.

Además utiliza materiales naturales que son biodegradables, renovables y saludables para los habitantes.

3. Reconexión con el entorno natural

En un mundo cada vez más desconectado de la naturaleza, la arquitectura rural nos recuerda la importancia de vivir en armonía con nuestro entorno. Estos edificios respetan el paisaje y se integran en él, en lugar de alterarlo.

La arquitectura rural gallega, en particular, demuestra cómo las comunidades pueden trabajar con el paisaje en lugar de imponerse sobre él. Los antiguos molinos de agua y las aldeas integradas en los valles gallegos son un ejemplo de cómo el diseño se adaptaba al terreno para aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles.

4. Turismo, una oportunidad para conservar nuestras aldeas.

La preservación de la arquitectura rural también puede convertirse en un motor para el turismo sostenible. Las personas buscan cada vez más experiencias auténticas y un contacto directo con tradiciones locales, lo que puede generar ingresos para las comunidades sin sacrificar su identidad cultural.

Galicia, con su riqueza arquitectónica rural, tiene un potencial único en este sentido. Aldeas tradicionales como las de la Ribeira Sacra, son destinos que combinan autenticidad, cultura y sostenibilidad, atrayendo a un turismo respetuoso que valora la singularidad del entorno.

5. Desafíos para la preservación

Aunque para mi su valor es indiscutible, la arquitectura rural enfrenta numerosos desafíos:

  • Desinterés y abandono: Muchas construcciones se deterioran por falta de uso o inversión. Herencias sin resolver y la creencia de que lo antiguo no vale nada.
  • Normativas modernas: A menudo, las regulaciones no consideran las particularidades de las técnicas tradicionales.Además en ocasiones la excesiva regulación en la protección del patrimonio, encarece y dificulta la rehabilitación de estos bienes.
  • Globalización: La estandarización de materiales y diseños está desplazando la arquitectura local.

6. ¿Cómo podemos preservar la arquitectura rural?

  • Rehabilitación consciente: Renovar sin destruir la esencia original, utilizando materiales y técnicas tradicionales.
  • Educación y sensibilización: Promover el conocimiento sobre la importancia de la arquitectura rural en escuelas y comunidades. Un maravilloso ejemplo de esto es el libro Arquitectura y símbolos de Laxedo. Una aldea planificada en la Galicia rural publicado por mi compañero y amigo Manuel Bugallo
  • Apoyo gubernamental y normativo: Establecer políticas públicas que incentiven la preservación y el uso de edificios rurales, y que premien la rehabilitación respecto a la obra nueva.
  • Fomentar la investigación: Documentar y estudiar técnicas tradicionales para asegurar su transmisión a futuras generaciones. Como el trabajo llevado a cabo por Espiga asociación galega para a bioconstrucción

Conclusión

Preservar la arquitectura rural no es solo un acto de conservación física, sino un compromiso con la sostenibilidad, la cultura y el respeto por nuestra historia y la de nuestros antepasados. En Galicia, proteger la arquitectura rural es proteger el alma de la región, una conexión con las raíces que no sólo define su paisaje, sino también su identidad. En un mundo en constante cambio, estas construcciones nos recuerdan que es posible vivir en equilibrio con el entorno, aprovechando los recursos sin agotarlos y manteniendo vivas nuestras raíces.

¿Cómo podemos empezar? Revalorizando lo que ya tenemos y apostando por un desarrollo que mire al pasado para construir un futuro más consciente y sostenible.